La esclavitud en la actualidad

La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 2004 como el año internacional para recordar el comercio de esclavos y su abolición, y el 23 de agosto como el día internacional específico para conmemorar lo anterior, ya que la noche del 22 al 23 de agosto de 1791 en la isla de Santo Domingo, hoy Haití y República Dominicana, se detonó el fin del comercio trasatlántico de eslavos.
El objetivo de declarar el año internacional del comercio de esclavos es el de analizar las causas y consecuencias de la trata de esclavos durante los siglos del mercantilismo europeo y de celebrar el bicentenario de la creación del primer Estado negro libre y el triunfo de la libertad y los derechos del individuo.

Esclavitud: una constante que debemos extinguir
La esclavitud ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad. A pesar de que no ha estado presente en todas las sociedades, desde la época clásica hay testimonio del comercio de esclavos para labores de diversa índole.
Es indigno que en la actualidad existan formas de esclavitud en todo el mundo, por ejemplo, enfocadas en el abuso de la infancia. Existen diversos organismos y movimientos en contra de los modos modernos del comercio de esclavos; pero aún existen esclavitud clandestina. Es por ello que la difusión en contra de la esclavitud que se promueve durante el año 2004, debe ser permanente y buscar un alcance en todos los círculos sociales a nivel global.

Ejemplos de esclavitud contemporánea
La esclavitud es todo aquel trabajo no remunerado o muy mal pagado, donde los seres humanos son privados de garantías como tales, un claro ejemplo es la libertad.
La esclavitud no es particular de una cultura o de una nación: es triste confirmar que se halla en varias partes. Para denunciar algunas, podemos hablar de los niños y niñas que trabajan en las calles de distintos países en desarrollo y son explotados por adultos o niños mayores, quienes los privan de las ganancias y les dan un mínimo de paga con algo de alimento y un techo.
En países europeos como Inglaterra y España, o en algunos barrios chinos hay talleres de manufactura o restaurantes que engañan a la gente. Desde China les cobran una cuota para cruzar las fronteras y, una vez llegando a Europa, los tienen en condición de esclavos trabajando jornadas larguísimas y durmiendo todos bajo el mismo techo, sin ofrecerles condiciones de vida dignas.
En Israel, por ejemplo, son comunes las historias de mexicanas que en México trabajan como empleadas domésticas y son engañadas por sus patrones: les prometen sueldos diez veces mayores que los de México. Una vez en Israel les retiran sus documentos y les impiden salir a la calle, pues pueden ser deportadas.
Éstos son sólo tres ejemplos de un amplio número de situaciones que podemos señalar sobre el abuso que se da de humano a humano. Sin distinguir sexo, nacionalidad o raza, en muchas partes del mundo hay gestaciones de formas de esclavitud que deben condenarse y ser abolidas.

La sociedad actual tiene que romper con rencores y prejuicios del pasado
La sociedad actual necesita trabajar con su pasado, analizar en qué consistió la trata de esclavos, las consecuencias sociales, culturales y económicas que se provocaron con ello. No obstante la tragedia histórica que es la trata de esclavos en términos humanos, el comercio de esclavos trajo consigo importantes manifestaciones culturales, como danzas y música. La gente desterrada reinterpretó sus tradiciones en los nuevos territorios y se desarrollaron nuevas tradiciones que también contribuyeron al mestizaje.
Lo más importante en las sociedades actuales es romper el silencio, hablar de la esclavitud, analizarla y condenarla.

Fuentes:
http://portal.unesco.org/culture/en/ev.php-URL_ID=19127&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

Un saludo,

Elena